El nacimiento del Instituto Secular de las COMI está ligado a tres elementos esenciales concomitantes:
- la persona de p. Gaetano Liuzzo, de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI), y su “idea” de dar a las jóvenes que trabajaban con los Oblatos la posibilidad de vivir en plenitud la misma espiritualidad y compartir, como laicas, su carisma;
- una circular del Superior General de los OMI, p. Leo Deschâtelets (n°182 du 25- 1-1948);
- la presencia de algunas jóvenes, ya comprometidas en la Asociación Misionera AMMI, con su pedido preciso: “queremos ser como los Oblatos”.
El 22 de agosto de 1951, en Florencia, en la Basílica de la Anunciada, dieciocho jóvenes celadoras de la AMMI se consagraron a María: nacen así las primeras “Hermanas Oblatas”. Seguirá la consagración con los votos. Con el pasar del tiempo el nombre también se transforma hasta llegar a la denominación actual: Cooperadoras Oblatas Misioneras de la Inmaculada (COMI).
El 27 de julio de 1963 llega el decreto de erección como Pía Unión, con la aprobación del Estatuto.
El 11 de febrero de 1987 la diócesis de Roma aprueba las Constituciones y erige las COMI como Instituto Secular con finalidad misionera.
El 21 de noviembre del 2001, fiesta de la Presentación de María, el Instituto Secular de las Cooperadoras Oblatas Misioneras de la Inmaculada (C.O.M.I.) obtiene el decreto de aprobación pontificia.
Con este acto las Constituciones C.O.M.I. se vuelven patrimonio de la Iglesia y el Santo Padre, que las aprobó, su garante. La claridad inicial de la fundación, confirmada por la vida, le da al Instituto un “rostro” bien preciso, caracterizado por dos elementos:
- el estrictísimo lazo con el carisma misionero de S. Eugenio de Mazenod, del que p. Liuzzo fue el “canal”, y con los Oblatos de María Inmaculada: la Iglesia reconoce las COMI como “florecidas del carisma de la misma Congregación OMI”;
- la índole secular: completa consagración a Dios vivida permaneciendo en el mundo.